1. Se deja llevar por las sensaciones del cuerpo:

los sentidos se abren y la música de fondo no son los enredos mentales sino, en todo caso, el rítmico fluir de la respiración.   

2. Se deja llevar por el puro disfrute de la práctica deportiva.

Corre por el puro placer de correr; nada por el puro placer de nadar …  

3. Como deportista consciente, sabe que el principal contrincante de un deportista es su propio funcionamiento mental.

Creencias, pensamientos, actitudes y emociones internas pueden ponerle en la tesitura real de “ganar o perder”.  

4. No tiene la necesidad de ser superior:

el verdadero campeón no trata de ser mejor que su oponente, lo que pretende es “ser lo mejor que puede ser”.  

5. No necesita ganar:

es muy diferente querer ganar, de necesitar ganar: cuando quiero ganar trabajo para ello con la mente y el corazón, pero si no lo consigo sigo trabajando poniendo fuerza y motivación, buscando mejorar.