Para capacitarse y recorrer un camino de autoconsciencia a través de la especialidad en Alimentación Consciente, el alumno indaga en determinadas áreas de la alimentación, al tiempo que practica y cultiva un estado de atención plena hacia todos los actos que tienen que ver con la nutrición.

 

Asimismo, a lo largo de esta formación vivencial se despliegan recursos y herramientas para acompañar a otras personas que deseen ampliar su crecimiento integral y lograr una buena y consciente relación con la alimentación.

 

Conforme vamos ganando en madurez y autoconciencia, confirmamos que no hay libro ni carrera más sabia y completa que el simple hecho de vivir conscientes con los ciclos y obstáculos del vivir. En realidad, la verdadera maestría radica en convertir en experiencia aquello que consideramos error o fracaso, transformando de esta forma el dolor en amor. En este sentido, “vivir lo que hay” y aceptar amorosamente el momento presente observando su aprendizaje intrínseco es, sin duda, la ruta de crecimiento por excelencia.

 

El ámbito de la alimentación, como cualquier área de la vida, puede convertirse en el propio camino de autoconocimiento y consciencia.

 

Sin duda, la Alimentación Consciente conlleva numerosos beneficios para el bienestar integral. En la alimentación, así como en los demás ámbitos de la vida, la consciencia nos permite darnos cuenta de determinados hábitos y costumbres automatizadas, e iniciar así un profundo proceso de transformación y ampliación de la autoconsciencia.

Pero…, ¿qué significa en realidad alimentarse con consciencia? Para responder a esta pregunta, partamos de un hecho obvio: que nadie es indiferente a la comida y que todos la necesitamos. Todos y cada uno de nosotros se relaciona de una forma determinada con esta necesidad básica e instintiva.

Nuestra forma de comer tiene raíces en la niñez: de bebés obtenemos las primeras sensaciones a través de la alimentación; a través del acto de nutrirnos nos sentimos queridos, sostenidos, cuidados, satisfechos y alimentados.  La seguridad nos llega a través de la leche materna, y es a través de este vínculo como aprendemos a recibir amor y a amar. Al inicio de la vida, el alimento es el vehículo del amor maternal. Tanto es así que nuestras primeras experiencias con la alimentación están íntimamente relacionadas con nuestra sensación posterior de confianza, dependencia, seguridad y amor.

Pero a través del alimento no sólo nos llega el amor maternal, sino también el alivio del malestar y la llegada del placer. El chupete sustituye a la comida y nos calma de niños. Más tarde, desarrollamos otras conductas para encontrar ese alivio: las golosinas, las comidas entre horas, el tabaco, el alcohol…

Asociamos la comida a una gran gama emocional: con la boca nos relajamos o nos activamos; cuando nos sentimos carentes de amor, lo sustituimos con comida; ante una profunda tristeza, dejamos de comer… Cuando comer se convierte en la fuente principal de felicidad o de calma interna, entonces nuestra relación con la comida se torna desequilibrada y se convierte en un problema.

La alimentación emocional afecta e influye profundamente a la alimentación física; cuando esto sucede, el alimento y el afecto se entremezclan. Por alimentación emocional se entiende “tener hambre desde el corazón” y no sólo desde el estómago. Comer desde la emoción o por la emoción significa emplear la comida como forma de alivio de sentimientos intensos; entonces, vivimos la comida como un analgésico o un anestésico para los momentos de dolor. La tristeza, la ansiedad, la frustración elevada, el estrés continuado y las situaciones traumáticas pueden generar un estado de vulnerabilidad que se exprese en una alimentación inconsciente o “automatizada”.

Para desautomatizar los automatismos, y construir una relación sana y consciente con la alimentación, a lo largo del curso abordamos los distintos tipos de hambre para poderlos reconocer, al tiempo que conoceremos los problemas derivados de una alimentación inconsciente. De esta forma, desarrollaremos una nueva relación con la comida que no solo transformará nuestro día a día, sino que también podremos acompañar a otras personas en este camino de autoconsciencia a través de la comida.