Vivir desde el alma

¡Que ilusos somos entonces!,
más la ilusión siempre acaba,
y justo al caer el velo
por fin, lo real emana.

Y brota con una fuerza que nada ni nadie para,
derribando nuestros cercos,
rompiendo nuestras murallas,
permitiendo que la vida
sea, en verdad plena y sacra.

Ya todo adquiere sentido,
y lo superfluo se marcha.
Son más vivos los colores y más bellas las mañanas.

Si la muerte ha de venir
¿de que nos sirve negarla?

Más nos valdría mirar
cara a cara a nuestros miedos,
permitiéndonos sentir
lo que se mueve por dentro.

Arranquemos la maleza
que ha crecido descuidada,
enredando nuestros sueños,
sujetándonos el alma.

Vivamos así la vida,
con la muerte como hermana,
con más valor y más brío,
con más fuerza y esperanza.

Si la muerte ha de venir
¿de que nos sirve negarla?

La noche completa al día,
y la tarde a la mañana,
Igual la muerte a la vida,
en un ciclo q no acaba

Démosle entonces su sitio,
y mirémosla con calma,
bendiciendo nuestro sino,
con una sonrisa franca

Y la vida así vivida
es más profunda y más amplia,
brilla con intensidad,
deja una estela dorada.

Pues la muerte ha de venir,
¡ama, siente, goza y canta!
para no morir en vida,
para vivir desde el alma.