De la concentración a la apertura

 

La atención plena constituye básicamente una forma determinada de prestar atención. Cuando hablamos de atención plena, traducción de la palabra inglesa Mindfulness, nos podemos estar refiriendo a varias cosas:

En primer lugar, podemos estar apuntando a lo que habitualmente se llama “meditación”, es decir, a la actividad realizada en un lugar y tiempo concretos y habituales en los que, simplemente, paramos y prestamos atención a lo que sucede tanto en nuestro mundo interno como externo. Esto es lo que más adelante veremos como “práctica formal” de Mindfulness o atención plena.

Son muchos los tipos de meditación que podemos encontrar, pero podemos incluirlos prácticamente todos en dos grupos principales. De un lado las prácticas meditativas que emplean un objeto en el que fijar la atención: una palabra, un texto, la propia respiración o, incluso, algo externo, como una vela. Son las prácticas de concentración. Con ellas buscamos detener el bullicio mental que normalmente nos acompaña y llegar a un estado de calma y relajación.

Por otro lado, en las prácticas de atención abierta, el objetivo no es concentrar la mente, sino observar todo aquello que pasa por ella o lo que capta del exterior, sin detenerse ni juzgar su contenido. El meditador es un simple espectador. La atención se centra en el momento presente se diluyen las pre-ocupaciones por el futuro. Conviene aquí recordar que este enfoque supone cultivar la aceptación como actitud activa y no como resignación.

La meditación es el camino para aquietar y silenciar las maquinaciones de la mente complicada. Meditar es restaurar el estado de nuestra verdadera naturaleza interior para vivir en armonía. Nos abre a la comprensión intuitiva y a un alto grado de concentración, que no se basa en el pensamiento racional. Es una forma de acallar los ruidos que distraen nuestra atención y energía constantemente.

Miriam Subirana

Además, Mindfulness integra cualquier tipo de práctica voluntaria en la que prestemos atención para darnos cuenta de “qué está sucediendo mientras está sucediendo”. En este sentido, se trataría de practicar la atención intencionadamente durante algunas de nuestras actividades, como pueden ser comer, asearnos, conducir o dar un paseo. Es lo que llamamos la “práctica informal” de Mindfulness o atención plena.

Por último, también hace alusión a un nivel de conciencia desde el que vivir, y que sustituya al programa de inconsciencia y piloto automático tan frecuentes en nuestra vida. En este caso, la práctica voluntaria de la atención plena impregna nuestra vida cotidiana y se convierte en un nivel de conciencia expandida que desborda los momentos de práctica en sí mismos. Este sería el horizonte hacia el cual nos dirigimos con las diferentes prácticas, ya sean formales o informales.

Mindfulness o conciencia plena es una actitud concreta hacia la experiencia, o una manera de relacionarnos con la vida, que ofrece la promesa tanto de aliviar nuestro sufrimiento como de convertir la vida en una realidad rica y plena de sentido.

Ronald Siegel

La propuesta formativa de la EDTe en Mindfulness Transpersonal, además de los elementos básicos de Mindfulness y la gestión de pensamientos, añade la profundización en temas que suponen un salto cualitativo en la experiencia de la atención plena: La inteligencia cardiaca, altruismo, empatía y compasión, relaciones conscientes, comunicación consciente y conexión con el Ser esencial y el sentido de la vida.

Este nivel es una apuesta seria para un verdadero cambio en la relación con la vida. De este modo, podemos hablar de un proceso de crecimiento integral para una transformación profunda, que aporta además todas las herramientas necesarias para un acompañamiento profesional en este campo.

Por otro lado, con frecuencia brota el anhelo de una vida arraigada en la conciencia, hacia la que puede transitarse a través de aspectos esenciales tales como la presencia y la coherencia, la lucidez y la compasión, la cultura del silencio y la vocación de compartir.

Se trata de un bello camino que nos permite adentrarnos o profundizar en la vía meditativa, mejorando nuestra existencia a través de una mayor autoconsciencia y el desarrollo del potencial interior. Así, la propuesta de esta Escuela en la iniciación a la meditación toma el nombre de Camino de la Conciencia.

 

¿Deseas seguir pronfundizando en esta temática?

 

Consultor en Mindfulness Transpersonal

Camino de la Conciencia – Iniciación a la Meditación