Con el paso de los años aflora una dimensión honda que mora en la mujer, nombrada como “Sophia” -sabiduría-, intuitiva y conectada al saber del alma. En el corazón de la identidad profunda de cada mujer habita la silenciosa fuerza del amor, capaz de movilizar la concordia y el desarrollo de otras mujeres que, al recordar su feminidad, forjan una revolución amorosa de transformación y el despliegue de valores hondos.
La realidad “masculina” que vivimos, con acento en la razón, el pensamiento analítico y el «modo hacer», no nos “deja ver” la relegada dimensión femenina en la contemplación, la creatividad y el «modo ser». La globalización, los movimientos migratorios y otros integrantes de la modernidad, han supuesto una mutación en los modelos familiares. La «tribu familiar» viene extinguiéndose junto a los ritos de iniciación de las mujeres en los «secretos de lo femenino», por los que las señoras maduras del clan transmitían la sabiduría de lo Femenino a las más jóvenes.
Así las cosas, quizá podemos decir que las mujeres tienen la misión singular en la actual sociedad de recobrar y cultivar la dimensión femenina que «traen incorporada» de forma natural. Y seguramente no hay mejor manera de realizar este bello cometido que en sinergia junto a otras mujeres.
¿Qué significará “Ser mujer”?
Quizá la más sublime versión de ser mujer la revelamos cuando nos permitimos bucear en nuestra naturaleza fundamental reencontrándonos con lo que siempre fuimos: presencia amorosa, sabiduría, coraje, capacidad de materializar proyectos que sirvan a nuestro crecimiento y al de otras personas.
El propósito de haber nacido mujer se encarna en hacer el “viaje de la vida” que recorre la piel, descubriendo lo que supone un cuerpo de mujer que nos permite transitar del sentido superficial y consensuado de “ser mujer”, al más profundo núcleo vivenciado tan solo desde la más íntima mismidad.
Cuando hemos recorrido un camino de autoconciencia y madurez emocional, la vida nos pide compartir con otros lo descubierto, transmitir el «tesoro interior», que precisamente supone el propósito del Círculo Transpersonal de mujeres: Propiciar un espacio de sinergia y comunicación auténtica con otras mujeres para recordar y cultivar la dimensión femenina profunda.
De la formación Facilitadora Transpersonal en Círculo de Mujeres:
Facilitadora en Círculo de Mujeres
«Transforma tu vida y conviértete en un agente dinámico del cambio en el mundo»
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