El ejercicio físico como herramienta de transformación y crecimiento  

Extracto del temario Mindfulness Transpersonal aplicado al Deporte

El sentido del ejercicio físico en la historia de la Humanidad

Si nos remontamos al origen de la humanidad, podemos decir que el ejercicio físico y el movimiento del cuerpo son inherentes a nuestra condición humana.

Revisando la historia, encontramos datos que nos llevan a pensar que ya, hace miles de años, se empezaba a forjar el concepto de “practicar ejercicio físico”, tal y como lo conocemos hoy.

Incluso en las danzas rituales prehistóricas podemos encontrar un uso de la actividad física diferente del movimiento vinculado a las tareas relacionadas con la supervivencia. El uso de danzas era de carácter religioso y, con ellas, el individuo se reconocía activando su relación con la divinidad, donde ya se aprecia la intención de superación y el sentido de transcendencia.

A medida que el ser humano iba organizándose en grupos sociales, con roles y actividades concretas, se iba también abriendo la puerta a la posibilidad de experimentar los beneficios que brinda el ejercicio físico. Los estados que se han buscado a través del ejercicio han dependido de los significados, sentidos y valores que cada tribu, cultura o sociedad ha otorgado al movimiento.

Una y otra vez a lo largo de la evolución humana, la actividad física aparece como un fenómeno que formaba parte de la vida cotidiana. En ella, la sensibilidad humana se desarrolla a través de los sentidos produciendo el mundo de sensaciones y emociones que caracterizan al ser humano.

En este sentido, Santos Torralba sostiene que las razones para practicar deporte son múltiples, pero, quizás, la que está en la base de todo es que el ejercicio físico es una actividad en la cual se pone en funcionamiento al mismo tiempo la parte física, la mental, la emocional y la espiritual de la persona (Torralba, Santos 2016)

Hay quienes practican deporte para sentirse mejor, para liberar tensiones de la vida cotidiana, los hay también quienes solo buscan mantener su estado de salud o mejorarlo. Otros practican deporte para exhibir y demostrar capacidades como la fuerza, la flexibilidad, su destreza personal y, así, huir del anonimato y sentirse reconocidos en su entorno. Los hay que buscan superarse a sí mismos. Otros practican sin conocer sus límites, viviendo episodios frecuentes de lesiones. Los hay que buscan trascender sus propios límites en una búsqueda constante de autosuperación.

Resulta, a veces, paradójico que la misma actividad pueda cumplir fines tan distintos según quién la lleva a cabo, pero el deporte tiene esta naturaleza compleja y no siempre clara. Lo que aparentemente es tan simple como un hombre corriendo, una mujer nadando o una tenista en la pista puede obedecer a intenciones muy diferentes. (Torralba, Santos 2016)

Los sentimientos vienen y van como las nubes en un cielo ventoso. La respiración consciente es mi ancla. ~ Thich Nhat Hanh

Darse cuenta es la clave

En realidad, los beneficios de la actividad física y el deporte a nivel físico y mental son inconmensurables.

Así pues, es bien sabido que la practica regular de ejercicio físico incide positivamente a nivel psicológico en múltiples factores, tales como la autoestima, la sensación de bienestar, el estado de ánimo, un funcionamiento intelectual optimizado o la disminución del nivel de estrés.

No importa cuán despacio vayas, mientras sigas en constante movimiento.

Confucio

Ahora bien, conviene tener en cuenta que, el mero hecho de practicar algún tipo de ejercicio físico aeróbico -regularmente al 70% de la frecuencia cardíaca máxima, durante al menos veinte minutos-, no es una garantía para poder acceder a los beneficios anteriormente descritos.

El quid de la cuestión está en la toma de conciencia, es decir, en el darse cuenta y “comprender”.

A la hora de llevar a cabo a una actividad física, lo que permite Mindfulness es abrir un mayor espacio de observación para ser capaces, cada vez con mayor claridad, de observar lo que pensamos, sentimos y elaboramos en acción.

La práctica Mindfulness Transpersonal en realidad nos invita a vivir un proceso de autoobservación y toma de conciencia de nuestros estados internos siempre cambiantes. Este proceso define un antes y un después en la práctica deportiva.

El proceso de consciencia nos capacita para tomar decisiones coherentes, saludables y en constante transformación. Nos permite ir más allá, haciendo de la práctica deportiva un “momento sagrado” de encuentro con todas nuestras dimensiones (física, mental, emocional y espiritual).

Al observarnos en atención plena durante nuestra práctica, estamos creando un espacio de extraordinaria potenciación de nuestras capacidades: escucha del cuerpo y de sus sensaciones, consciencia de las emociones, así como la corriente de pensamientos que circulan por nuestra mente.

La práctica Mindfulness llevada al deporte es una especie de “chequeo”, momento a momento, de lo que hay.

Mindfulness implica darse cuenta de los propios límites y, desde esta toma de consciencia, paradójicamente dejamos de sentirnos limitados. La sintonía con el momento presente nos abre a una vivencia de plenitud en todos los sentidos, también en el físico.

¿Deseas profundizar en esta temática?

Mindfulness Transpersonal aplicado al Deporte