El poder de la escucha

Yo he experimentado el poder de la escucha. He tenido la experiencia de lo profundamente sanador y transformador que es sentirme escuchada plenamente. He comprobado cómo la escucha honda, tan diferente de la escucha social que quizás con suerte recibimos alguna vez, se convierte en espacio fecundo de comprensión y crecimiento para mí.

Esta escucha de la que te hablo es…

  • desnuda de consejos y revestida de presencia;
  • libre de juicios y habitada por una cálida neutralidad capaz de acogerlo todo;
  • no pretende poseer las soluciones, sino que me ayuda a encontrarlas por mí misma;
  • emplea la palabra justa, la que brota del silencio infinito y pleno de posibilidades;
  • no presta ninguna muleta para caminar, sino que desvela posibilidades escondidas para sostenerse sobre los propios pies y elegir conscientemente el propio camino.

 

CLAVES DE LA ESCUCHA SANADORA

Esta escucha es la puerta de entrada a mi mundo interno, en el que hay una fuerza insospechada, en el que puedo conectarme con quien realmente soy.

Cuando he tenido la oportunidad de permitir que ese mundo interno – mis conflictos, mis situaciones vitales dolorosas – se expresaran y fueran sostenidas amorosa y conscientemente por alguien capaz de escuchar así, he comprendido y recolocado muchos aspectos que me hacían sufrir. He recuperado la perspectiva de las cosas. He descubierto “porqués” que se agazapaban escondidos tras mil argumentos racionales. He recuperado el poder de re-conocerme en lo que soy en esencia, de re-cordar mi historia, pasarla por el corazón, para desde ahí atreverme a soñar un futuro mejor y más lúcido. He podido discernir lo que viene a mi vida para ser aceptado y acogido, de lo que reclama un cambio y una acción inaplazables. He podido transformar el temor en el atrevimiento lúcido de quien no se resigna simplemente a sobrevivir.

Yo, que he pasado por esta experiencia, quiero compartirla contigo:

  • Me ofrezco a ser para ti esa escucha respetuosa, confidencial y sin juicio.
  • Pongo a tu disposición un espacio seguro en el que, sintiéndote sostenido, puedas desplegar y explorar lo que hoy te preocupa, lo que vives y lo que anhelas.
  • No voy a aconsejarte, pues yo no tengo las soluciones que buscas, pero te ayudaré a ir desvelándolas.
  • Si después de nuestro espacio compartido de escucha sientes que para ti es un camino valioso y eliges continuar por esta vía, te animaré a buscar posibilidades diferentes y te mostraré a otros escuchadores que tomarán mi relevo.

Consciente de que estoy devolviendo a la Vida lo que ésta un día me dio, y contribuyendo así a un misterioso círculo de equilibrio, desde la enorme gratitud por poder adentrarme en el bello espacio del alma de otro ser humano, te ofrezco uno de los regalos más valiosos que poseo: el de escucharte así.