Pensamos con el corazón

Inteligencia cardíaca

Las neurociencias nos hablan de un tipo de inteligencia desconocido hasta hace poco: se trata de la inteligencia cardiaca.
¿Cómo?, ¿que el corazón es inteligente?, ¿que pensamos con el corazón?
“El corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro. En realidad aprende, recuerda e incluso percibe”

El corazón hace mucho más que bombear sangre al organismo. En realidad, sus neuronas conectan directamente con el cerebro, dando lugar a un diálogo entre corazón – cerebro.

El neurocardiólogo J. Andrew Armour acuñó el concepto Heart Brain (cerebro del corazón), a raíz de haber descubierto un sistema nervioso cardiaco con neuronas, neurotransmisores, proteínas y células de apoyo, mediante el cual el corazón aprende, recuerda, siente y percibe de forma autónoma.

La comunicación corazón-cerebro se establece especialmente con nuestro cerebro emocional, el cual recibe información intuitiva y perceptiva por parte del corazón, incluso antes de que aparezcan los estímulos en su campo perceptivo. Es decir, el corazón es capaz de anticipar su respuesta ante un estímulo que aún no ha podido ser percibido ni procesado por el cerebro. Nuestra capacidad de intuición está siendo investigada por la ELECTROFISIOLOGÍA DE LA INTUICIÓN.

Así, hoy día podemos hablar de una Inteligencia del Corazón que activa centros superiores de percepción. Se trata de una inteligencia que aprehende la realidad sin apoyarse en viejas memorias o experiencias. El corazón nos brinda un conocimiento instantáneo, inmediato y eficaz, pues tiene una percepción directa de la realidad a cada instante. Mediante la práctica de ejercicios de Atención Plena podemos sintonizar con el estado Mindfulness, un estado de presencia que nos abre a la inteligencia del corazón.

“La inteligencia cardiaca es la sincronización y armonía del corazón con el cerebro y otros sistemas del cuerpo”.

Aquel sagrado corazón de Jesús, que 2.000 años atrás apareció como fuente de tradición sagrada, ¿acaso no era una avanzadilla de lo que neurológicamente hoy se confirma?

Cabe que nos preguntemos:

¿Cómo potenciar la Inteligencia del Corazón? ¿Cómo pasar del vivir con y desde el esfuerzo y la anticipación mental a vivir desde un estado interno de confianza, fluyendo con lo que acontece? ¿Cómo abrir nuestros corazones para vivirnos como seres más plenos y genuinos?

Sin duda, cultivando la Atención Plena y la presencia en la vida cotidiana para permitir que aflore la Sabiduría del Corazón, una sabiduría que nos abre a la intuición, a las comprensiones y a la certeza. Asimismo, el cultivo y desarrollo de la Inteligencia Cardiaca nos conecta con nuestra esencia, permitiendo que afloren desde nuestro interior estados tales como la compasión, la gratitud, la benevolencia y la alegría incausada.

Quizá todos hemos sentido brotar, en alguna ocasión, la inteligencia de nuestro corazón; quizá hemos tenido alguna vez corazonadas, vivenciándonos en un estado de presencia en el que sentimos que fluíamos con lo que acontecía.

“La cabeza construye el puente pero es el corazón el que lo cruza”
Sri Nisargadatta

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