Inteligencia emocional y Mindfulness en el mundo laboral

El mindfulness se ha convertido en una práctica ampliamente promocionada en el mundo laboral por ser una herramienta rápida y eficiente para mejorar las capacidades de liderazgo dentro de organizaciones y empresas. Sin embargo, especialistas en este campo explican en un artículo publicado en Harvard Business Review, que existe una relación complicada entre el mindfulness y el rendimiento ejecutivo a la que deben estar atentos los líderes, aseguran.

El mindfulness es método que consiste en cambiar el centro de atención y trasladarlo hacia el interior de cada individuo con el fin de observar los pensamientos, sentimientos y acciones sin evaluarlos o juzgarlos. Comúnmente, esta práctica comienza por focalizarse en la respiración, identificando en qué momento la mente se dispersa para luego intentar concentrarnos nuevamente en la respiración. A medida que el individuo logra desarrollar la habilidad de concentración podrá luego manipular la atención hasta lograr centrarse, en cualquier momento del día, en las experiencias interiores sin perderse en ellas. Los beneficios atribuidos a esta práctica abarcan desde un mejor relacionamiento con las demás personas hasta mejoras significativas en el rendimiento de las prácticas de liderazgo.

Los expertos Daniel Goleman y Matthew Lippincott mencionan, a modo de ejemplo, la experiencia de Sean; un ejecutivo de una gran corporación que encontró en la práctica del mindfulness una transformación de su carrera profesional. Luego de experimentar un estancamiento en el rendimiento de su equipo de trabajo como consecuencia de malas prácticas de liderazgo -presionaba constantemente, todo lo que podía-, Sean no supo qué más hacer para que los empleados lograran mejorar, temiendo ser despedido o tener que renunciar como consecuencia del estrés y desgaste mental de la situación.

Sin embargo, gracias al mindfulness, Sean se salvó. Después de un programa de intensivo de entrenamiento, la práctica de esta metodología le permitió frenar en momentos en los que sentía el impulso de ir al control de la situación en lugar de adoptar una postura de apoyo y respaldo; permitiendo a los empleados absorber responsabilidades. A medida que fue controlando sus impulsos el nivel de estrés se redujo considerablemente, logrando una mejora en el clima laboral. Su equipo de trabajo comenzó a confiar más en él y la calidad del trabajo de los empleados mejoró. En lugar de ser despedido o tener que renunciar, consiguió un ascenso, explican los especialistas.

Sean fue uno de los 42 líderes ejecutivos que practican mindfulness y que formaron parte de un estudio realizado en la Universidad de Pennsylvania, en el que la mayoría atribuye a la práctica del mindfulness algunos de los siguientes beneficios:

  • Lograr relaciones más fuertes entre superiores, iguales y subordinados
  • Mejoras en los resultados de los proyectos
  • Mejoras en la gestión de crisis
  • Incremento del presupuesto y de la plantilla que conforma el equipo
  • Ser confiables para trabajar con información sensible de la organización
  • Revisión positiva de los rendimientos
  • Promociones

Uno de los ejecutivos que participó del estudio contó que gracias a la práctica de esta metodología las personas en la oficina dejaron de darse la vuelta y caminar en dirección contraria hacia el cada vez que lo veían acercarse.

Sin embargo, el mindfulness no es mágico. Analizando cuáles fueron los mecanismos que permitieron esta transformación en los ejecutivos, varios de ellos manifestaron durante el estudio haber recibido feedback de colegas que describían mejoras implementadas en áreas como empatía, manejo de conflictos y comunicación persuasiva. Esto, sin embargo, tiene que ver más competencias vinculadas a la inteligencia emocional.

Esta conexión con la inteligencia emocional fue destacada durante las entrevistas realizadas durante el estudio, explican los especialistas. Y lejos de describir una correlación directa entre la aplicación de mindfulness y la mejora de los resultados, los ejecutivos hablaron de elementos que forman parte del dominio de la inteligencia emocional, como un incremento de la confianza que les permitió cambiar ciertos comportamientos. Por lo tanto, es a través de mejoras en las competencias relacionadas con la inteligencia emocional que la práctica del mindfulness ayuda a los líderes a ser más efectivos.

Siguiendo con el ejemplo de Sean, la práctica de mindfulness le permitió estar más alerta a sus niveles de ansiedad y a darse cuenta cómo esto perjudicaba su manera de pensar. Se dio cuenta que era extremadamente exigente consigo mismo y que trasladaba esa misma exigencia a los demás; convencido de que todos debían ser capaces de soportar situaciones de exigencia extrema dentro de la empresa. Al ser consciente de sus tendencias pudo darse cuenta que mientras su ética de adicción al trabajo le permitió alcanzar la posición a la que llegó, esto ya no servía para el rol estratégico de líder que ocupaba en ese momento.  Porque era prácticamente imposible para cualquiera alcanzar las expectativas de rendimiento poco realistas que él esperaba. A partir de lograr entender cómo operaba interiormente pudo darse cuenta que debía mejorar dos aspectos: conciencia de sí mismo y autogestión.

Como resultado de todo esto logró ajustar sus expectativas a la realidad y buscó el aporte de su equipo para alcanzar estas metas más realistas. Este cambio le permitió mejorar en el desarrollo de otras competencias emocionales: comenzó a escuchar de manera más atenta la opinión de los demás, adoptó una mirada más positiva a la hora de transmitir los objetivos a sus subordinados, viéndolos más como aliados y como partes de un equipo que trabaja de manera conjunta. Construyó lazos de confianza al hablar de sus propios temores de manera más abierta y habló más desde el corazón, lo cual inspiró más a su equipo.

En el caso de Sean la práctica de mindfulness le permitió detectar dónde debía mejorar, pero estas mejoras fueron en el terreno de la inteligencia emocional.

Es importante que los ejecutivos entiendan que para lograr desarrollar las competencias que impactarán en las capacidades de liderazgo no solo se trata de la práctica del mindfulness, sino de lo que hay detrás de esta metodología, que es el desarrollo de las competencias asociadas a la inteligencia emocional. Entender esto permitirá a los líderes aprovecharse de otras oportunidades y herramientas que también contribuirán a la mejora de las habilidades de liderazgo.