La clave mindful del éxito deportivo

Diferentes estudios apuntan que los deportistas que destacan por encima de la media basan su éxito en cuatro fortalezas: la habilidad técnica, la solvencia táctica, la fortaleza física y la excelencia mental/emocional. Este último aspecto, el mental y emocional, viene recibiendo una atención creciente por parte de entrenadores y deportistas, ya que es un “factor oculto” que con frecuencia marca la diferencia.

Cuando analizamos detenidamente una competición en la que hemos participado nosotros mismos o algún deportista al que entrenamos, para intentar revisar los factores que han influido en el rendimiento, tanto en los entrenamientos como en la propia competición, podemos ver que los factores mentales están claramente presentes.

David Llopis Goig

Numerosas investigaciones realizadas en diferentes países y referidas a prácticas deportivas variadas, indagan cuál es el estado psicológico de un deportista cuando logra sus actuaciones más brillantes: el denominado “estado mental ideal”. Las conclusiones apuntan a algunas habilidades comunes presentes entre los deportistas de élite:

• Saber relajarse en los momentos de excesiva tensión.

• Establecer metas de forma realista.

• Controlar los pensamientos.

• Mantener la concentración y controlar la atención.

• Superar los fracasos y aprender de los errores.

• Controlar el estrés.

• Imaginar o visualizar adecuadamente logrando los objetivos.

• Relacionarse de forma adecuada con todos los miembros del equipo.

Muchos de estos aspectos, sino todos, podemos reconocerlos entre los efectos más evidentes de la práctica Mindfulness, que en nuestros días es mucho más habitual de lo que pensamos en el mundo deportivo de élite. De hecho, hay una expresión acuñada en el mundo del deporte que se refiere a estar en un estado mindful: “estar en la zona”.

La Universidad de Harvard y la de Stanford fueron las primeras en incorporar la práctica del Mindfulness entre sus deportistas para mejorar su rendimiento. Realizaron sesiones específicas en el período de entrenamiento previo a la competición, entre una y dos veces por semana. Se trataba de unir cuerpo y mente, aunar fuerzas y energías para un mismo objetivo ¡Y quedaron asombrados por los resultados que obtuvieron!

Estas prácticas se incluyeron al tener en cuenta que los deportistas están sometidos a períodos de gran estrés físico y psíquico, que pueden causarles lesiones, el llamado “síndrome de sobre entrenamiento deportivo”, baja autoestima, sensación de fracaso o disminución en su rendimiento. A algunos deportistas también les ocurre que, en momentos críticos de la competición, la cabeza parece funcionar “fuera de control”, lo que les hace perder capacidad y resistencia tanto psíquica como físicamente.

La clave está en entrenarse fuera de esos momentos para acallar el constante flujo de mensajes negativos que envía la mente en las situaciones límite; de esta forma el deportista podrá optimizar su rendimiento sin interferencias mentales.

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