Las desatenciones más frecuentes en una relación de pareja

 

Formamos parte de una especie que necesita relacionarse: con nosotros mismos, con nuestro entorno, con otras personas. Y es que, ciertamente, “todo en nuestra vida es relación”. Si bien sabemos que todos anhelamos cultivar espacios que aporten paz y serenidad a nuestra existencia, en los vínculos e interrelaciones con otros seres surgirán momentos expansivos y otros contractivos, siendo quizá las relaciones de pareja aquellas en las que se reflejan nuestras mayores cualidades y más oscuras sombras:

Evitaré confrontarte por no hacerte daño

Si confrontar a nuestra pareja nos contrae, será momento de trabajar con ese miedo o seremos protagonistas de un bypass que nos separa de una intimidad madura. Confrontar no es lo mismo que luchar. Tiene más que ver con señalar aquello que puede suponer al otro, si pone consciencia, una palanca de crecimiento.

 

Yo “no puedo vivir sin ti”,

es síntoma de una aparatosa hambre de afecto que señala una posible carencia de confianza y autonomía propias. Distingamos entre el amor y la desesperación que preside el apego insano. Diferente es decir “Puedo vivir sin ti, pero, en este momento de mi vida, no quiero”.

 

Mi intención no era herirte

Es importante darnos cuenta de que podemos estar haciendo daño al otro con nuestras acciones. Surge aquí el trabajo más que necesario de establecer vías conscientes de comunicación en el marco de la relación. Detrás de las reacciones desmedidas que hieren podemos encontrar “hilos” de los que tirar. Para sentar las bases de una relación de pareja saludable serán de ayuda gestos de madurez como compartir nuestros sentimientos o aquello que del otro nos disgusta, siempre que se haga sin resarcimiento. “Tu intención no era herirme, pero lo hiciste, y es importante reconocerlo”.

 

No sé lo que siento

Está muy bien reconocer que no sabemos. Pero no olvidemos que eso, también nos abre la puerta de trabajar la autoconciencia como alternativa a la ignorancia emocional o inmadurez afectiva, irresponsable y causante de muchos conflictos en la pareja. Esta puede incluso impedirnos tener una experiencia real de lo que significa amar. Darnos cuenta de que estamos instalados en esa incompetencia es una oportunidad para dar el paso y pedir ayuda.

 

Lo intentaré

Desde esta expresión de falta de compromiso nuestra relación se hundirá en una intimidad débil con un horizonte estrecho. Será clave que tomemos consciencia de la fuerza de nuestras palabras: pasar de “lo intentaré” a “trabajaré en ello”, pinta de otro modo. Si algo estoy dispuesto a cambiar, haré todo lo que esté en mi mano para materializarlo.

 

 

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