Los pilares del mindfulness transpersonal

Vivimos una etapa de cambios vertiginosos y problemáticas que traen una tensión inevitable. Somos literalmente habitantes de la incertidumbre y el camino pasa por la necesidad reinventarnos ininterrumpidamente.

En esta realidad aparece en los últimos años una popularización de algo bautizado como Mindfulness que, con raíces milenarias, propone un programa de prácticas que nos enseña a vivir en el presente, fluyendo con las coyunturas de la vida desde la confianza, la presencia y la serenidad. Este entrenamiento se apoya en tres pilares:

La autoobservación

Nos facilita posar la mirada en los orígenes de nuestras motivaciones y procesos internos que se traducen en acciones, abriéndonos a la comprensión de nosotros mismos y descubriendo un modo más consciente de actuar. Se trata de un proceso que, a través de la atestiguación de aspectos de nuestra vida interior, nos expande y desencadena nuestra superación personal. Gracias a esta autoobservación también desarrollamos la capacidad de reconocer y gestionar nuestras emociones y sentimientos, de modo que nos vivimos más conscientes y libres.

La práctica formal de la meditación

Meditar es sentarse, sentirse y observar. Constituye un pilar esencial para generar auto consciencia y, del mismo modo que actividades esenciales en nuestra cotidianidad como dormir, comer o hacer el ejercicio físico necesario, conviene sea un hábito diario que realizar de por vida para el que debemos reservar un lugar tranquilo y un tiempo concreto. Según estudios fiables realizados, la práctica diaria entre 20 y 25 minutos supone cambios psicológicos y neurológicos de gran alcance.

La atención plena en la vida cotidiana

La conocemos como práctica informal. Además de la práctica formal en la que “entrenamos la atención plena al igual que en un gimnasio”, extendemos este estado en el desarrollo de los pequeños actos del día a día. Consiste en realizar lo que habitualmente hacemos de forma consciente y soltando el “piloto automático” del que solemos acompañarnos. Para cultivar este “vivir despiertos” entrenamos distintas técnicas como puedan ser las pausas para tomar respiraciones conscientes a fin de activar la atención, habitar el cuerpo y ampliar el sostenido “darse cuenta”. De la formación Consultor/a Mindfulness y Desarrollo Transpersonal

 

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