Hacia un nuevo mundo
La sincronización cerebral se produce cuando las ondas de ambos hemisferios se encuentran en fase. No basta, por tanto, que ambos hemisferios se encuentren en la misma frecuencia, puesto que esto, con ser ya coherencia, no obstante, puede ocurrir que la cresta de una onda coincida con el valle de otra y en este caso no se daría la existencia de fase. Debe darse por tanto el hecho de que ambas ondas surjan y caigan al unísono.
En estos casos surge la sincronización porque ambas ondas se unen formando una sola onda de amplitud doble de las anteriores. Este fenómeno produce una fluctuación bioeléctrica que afecta globalmente al cerebro y su potencia es tal que reorganiza la actividad cerebral hacia un estado de orden superior.
Recordemos que nuestro cerebro enfoca las tareas cotidianas funcionando en la clásica forma dividida. O sea, con un cerebro lateralizado, por lo que solo empleamos un hemisferio u otro al enfocar una actividad determinada. Y así, percibimos la realidad de forma escindida, lo cual no deja de ser una carencia importante.
Cuando alcanzamos el estado de sincronización usamos el potencial de los hemisferios unificados, lo que supone una mayor capacidad cerebral, una visión distinta del mundo y la apertura a una forma diferente de pensamiento.
Charles Stroebel. “Tratado teóricopráctico de anatheóresis”, de Joaquín Grau
Una vez más, aunque dicho de manera distinta, se habla de lo crucial de la integración, de cómo es este camino el que nos lleva al mayor desarrollo de nuestro potencial interno. Lo llamamos integración de lo masculino y lo femenino, de lo de arriba y lo de abajo, de lo de dentro y lo de fuera o de un hemisferio y el otro.
Finalmente, el mensaje es el mismo en todos los casos. Integrar, cuando la integración realmente integra en uno lo que antes eran dos, nos lleva a un estado superior. Nos saca de la manera concreta en la que vemos las cosas a través de una alquimia que produce una nueva visión de lo que antes llamábamos lo real hacia algo completamente distinto, hacia una nueva vivencia interna y, por lo tanto, hacia un nuevo mundo.
Yeray González
Tutor EDTe
