Poesía del alma como terapia

Poesía transpersonal como terapia

Poesía Transpersonal

La poesía no es algo bello sólo por su estética literaria; la poesía es bella porque es el lenguaje del alma. Cuando las palabras brotan de lo hondo del Ser, trascienden la lógica, para llevarnos al núcleo mismo de nuestra esencia. La poesía, en este sentido, es un camino de integración, a la vez que de trascendencia de nuestro pequeño “yo”.

Diría que la poesía me salvó de la muerte en vida, y siento que no soy exagerada con esa afirmación.

La meditación me permitió reconocer mis virtudes y expandir mi mirada hacia el mundo en todas sus dimensiones y reencontrarme con el proceso creativo. Fue la puerta de entrada a vivir la poesía desde otro lugar. Gracias a la meditación fui capaz de dar más valor a eso que llevaba haciendo desde los 8 años: expresarme a través del verso. Desde esa nueva mirada, pude experimentar con la poesía el momento de mayor conexión con la esencia del ser, desde lo que podría nombrar como la Conciencia Testigo.

Hablo de la Poesía del alma, aquella que te hace rico tan sólo con vivir el proceso. Hablo de la poesía que invierte el mito de La Caverna de Platón y te ayuda a descubrir que La Verdad está dentro. La Poesía Transpersonal es identificación y, a la vez, es ausencia de ego.

La Poesía, de por sí, es sanadora. El lenguaje corriente, a pesar de su riqueza, es muy limitado. Muchos de nosotros hemos tenido esa sensación, alguna vez, de que lo que estamos contando dista mucho de lo que realmente hemos vivido y queremos expresar. Sin embargo, cuando nos adentramos en el juego de crear imágenes con las palabras, somos capaces de dar luz a cosas a menudo intangibles y difíciles de pronunciar. Gracias a la poesía, trascendemos los conceptos y creamos otros nuevos con mucha más profundidad.

La escritura poética facilita la activación de procesos internos y permite expresar partes de la sombra que, muchas veces, en una sesión terapéutica, la persona no es capaz de manifestar a través de un discurso normal. El lenguaje poético, sin embargo, es capaz de excavar y sacar a la luz esas partes oscuras que, de otro modo, costaría mucho más trabajo rescatar.

Decía María Zambrano que…

El poeta es el único capaz de destruir los monstruos creados por la razón

Y es que la poesía permite abrirse desde un espacio seguro y decir sin decir. La poesía se alimenta de metáforas y la metáfora es el lenguaje del alma que trasciende los significados encorsetados, denotativos, de la palabra para llegar más allá de lo que la razón puede expresar.

¿Quién de nosotros nunca ha utilizado metáforas? Me atrevería a decir que todos las usamos en algún momento. Lo hacemos sin darnos cuenta casi cada día. Incluso, los niños son capaces de entenderlas antes de que hayan desarrollado el pensamiento abstracto. ¿Magia? No, es algo natural desde que el lenguaje es lenguaje. Cada día escuchamos frases como “me estoy chocando contra un muro”, “estoy entre la espada y la pared”, “como el gato y el ratón”… Podría enunciar un sinfín de frases en las que no usamos el lenguaje literal, porque no es suficiente.

Cuando facilito actividades relacionadas con la poesía transpersonal, suelo poner ejemplos que reflejen la gran diferencia entre expresar algo en el lenguaje literal y hacerlo a través de metáforas, dando nuevos significados a las palabras que ya conocemos. El impacto de esto se hace evidente al instante en los rostros de los asistentes. Y es que la metáfora tiene la magia de llegar veloz al corazón, aunque a veces a nivel cognitivo no se comprenda; se siente, es intuitiva, como el Ser.

No es lo mismo decir hoy me siento fatal, no me reconozco, soy consciente de que no expreso lo mal que me siento, no lo comparto con nadie. Me siento ignorada y siento que no puedo con las cosas que me suceden y sé que la gente nota que algo me pasa, que decir:

Hoy siento mis latidos como el humo,

imperceptibles como una estrella en la ciudad.

A veces soy de piedra y grito desde dentro

y nadie puede oír que me dibujo en las paredes de mi mente,

invisible y vulnerable y con heridas en la frente.

A lo mejor a nivel racional no se entiende todo, pero el objetivo no es ese. El objetivo es permitir que afloren sentires que no pueden ser comprendidos por el modo deductivo.

Se trata de crear imágenes con las palabras que den cauce al sentir profundo, aquí no importa la forma ni el estilo. No se busca el sentido estético de un verso, pero aflora la belleza en cada uno de ellos. No se trata de ser un poeta de renombre, sino de buscar nuevas vías de expresión que permitan drenar aquello que no está siendo reconocido.

Adentrarse en el mundo de la poesía consciente es permitir un desahogo, a la vez que se le sube el volumen y el color a la vida.

Desde mi punto de vista, se trata de abrirse a una comunicación del ego con el centro esencial, libre de juicios, donde todo está permitido y es posible.

Y aquí viene la parte donde el lector lo ve complicado… ¿Libre de juicios? Bueno, lo que cuenta aquí es realizar el ejercicio a pesar de los juicios que surjan o usarlos, incluso, como parte del proceso transformándolos en arte.

Cuando transformamos las cosas que rechazamos de nosotros en arte, somos capaces de comprender e integrar; y ese es realmente el objetivo: integrar. Igual que existe el mito de la “mente en blanco” al meditar, podríamos decir que es prácticamente imposible que nuestra mente deje de emitir juicios. Lo importante es ser consciente de tales juicios y hacer algo distinto con ellos para ampliar nuestra visión del mundo. Y con la poesía consciente se puede lograr.

Decía José María Doria en su libro Inteligencia del Alma que…

La mayor obra de arte es lo que uno mismo hace con su propia persona

¿Por qué no usar el lenguaje como aliado para ir afinando la mirada hacia nosotros mismos y generar mayor autocomprensión y compasión?

Qué bello sería hacer un verso de cada sentir; ser capaces de convertirnos en poesía para descubrir nuestra belleza, incluso aquella que habita en nuestras partes más vulnerables.

¿Alguna vez te has preguntado si fueras un verso, cuál serías?

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