Desde la observación e indagación comprendemos el peso del contexto en el que nos hemos educado y de las influencias recibidas por parte de la familia y la sociedad. Es indudable que nuestra identidad como mujeres y los conflictos que vivimos, están teñidas por la cultura y las circunstancias en las que nos hemos desarrollado.
En muchas ocasiones aun nos vivimos aisladas ante la falta de vínculos de intimidad emocional. Todavía estamos condicionadas por una sociedad patriarcal basada en valores de acento masculino tales como la acción productiva y la competitividad. En este contexto, muchas mujeres nos sentimos vacías y “desconectadas”, sin modelos en los que basarnos para cultivar una sana autoestima y una identidad autodeterminada.
Nos vemos influenciadas por valores superficiales desde los que buscamos fuera perdiendo el contacto con nuestra dimensión profunda y olvidando que “la salida está dentro”.
La desconexión de la naturaleza femenina más profunda nos aleja de la integridad, de la sabiduría innata que nos permite tomar las decisiones más adecuadas, de la percepción intuitiva, y de la compasión y de la creatividad que nos caracterizan.
En muchas ocasiones esta desconexión nos lleva a sentirnos alienadas y vivir sin íntimo rumbo. En realidad, nos invade la sensación de ser ajenas a nuestro ser cuando no sentimos amor ni tener derecho a expresarnos.
La “propuesta de salida” es llevar a cabo una indagación en la autoestima y la compasión como camino hacia la coherencia que nos permitirá realizar las “excavaciones psicológicas” necesarias para reconstruir una identidad femenina más auténtica y coherente con nuestro sentir. El hecho de recuperar la mirada interior nos permite recordar lo sagrado que reside en cada una de nosotras. En realidad, nos disponemos a recuperar nuestro valor como mujeres, el sentido de la utilidad, así como el poder sanador de nuestro amor y de nuestra afinada intuición.
Sanar nuestra femineidad pasa por un profundo conocimiento de nosotras mismas, por comprender qué motiva los propios comportamientos y desde dónde nos relacionamos con la vida.
Conócete a ti misma y conocerás el Universo -Templo de Apolo en Delfos
Será clave encontrar mujeres con las que poder compartir nuestras necesidades y anhelos más íntimos, sintiéndonos comprendidas y acogidas. Bien sabemos que a través de la comprensión que brota del silencio y de la indagación compartida, podemos volver a nuestra naturaleza genuina, desplegar la compasión y vivir plenamente.
Paso a paso las mujeres de tu círculo irán abriendo y atravesando sus íntimos conflictos y acercándose al núcleo esencial de sí mismas. Tan sólo necesitamos señales orientadoras para recorrer el camino “de vuelta a casa”, a lo que somos en esencia.
Es preciso que el grupo sea sostenido desde la presencia con confianza, incondicionalidad y no juicio. Estar en presencia y atención plena facilita que cada cual se observe y atraviese sus nudos de conflicto y los espacios de silencio nos llevarán a acceder a comprensiones liberadoras.
Si quieres oír cantar a tu alma, haz silencio a tu alrededor -Arturo Graf
Estos son algunos de los ingredientes de carácter transpersonal que nos darán la oportunidad de promover un círculo que, desde la dimensión profunda, nos conduzca al amor de nuestra verdadera naturaleza.