¿Desde dónde ejercemos la ayuda?

Terapeutas y clientes somos seres humanos adultos conocedores de los esplendores e infortunios del camino que llamamos vida. Ambos compartimos un espacio de consciencia y crecimiento.

Cuando en el papel de terapeuta nos situamos “por encima” del paciente, fácilmente nos tentará la opción de protegerle, infantilizarlo y ocupar un lugar paternal. Si por el contrario nos situamos internamente en la fuerza del adulto, podremos ver al acompañado como una persona también adulta, enfrentada a obstáculos y con recursos para gestionar la vida.

El buen hacer de “bucear juntos” en el espacio de consulta terapéutica puede desequilibrarse si damos más de lo que en realidad tenemos. Este exceso puede derivar en fatiga por (falta de) compasión. En este contexto terapéutico sucede con frecuencia que dejamos de ver al cliente adulto capaz y nos sentimos “exigidos” a dar toda clase de soluciones incurriendo en una incompetencia.

Ejerceremos una ayuda consciente desde la aceptación derivada de la íntima comprensión de las circunstancias vitales que subyacen en la persona acompañada.

En caso de no haber observado suficientemente nuestra sombra, sentiremos el mismo rechazo que la persona acompañada hacia aspectos propios. Esto nos abrirá la puerta de la parcialidad, las opiniones y los acentos desmedidos en “posibles soluciones”, contrarios a un desempeño sano que otorgue fuerza y dignidad al paciente.

Cuando nos ponemos al servicio de los demás, realmente surge todo un mundo por explorar y “darse cuenta”. Terapeuta y cliente crecen en consciencia, se dan más cuenta de lo que rechazan y tratan de “negar”, y esto supone una mayor integración y unificación psicológica.

Una ayuda consciente no es directiva, más bien hermanada, amorosa y compasiva, y no sólo hacia la persona a la que se acompaña, también hacia nosotros mismos.

En este sentido, la práctica sostenida de la meditación resulta una fuente de ecuanimidad y compasión de donde brota la capacidad de acompañar con serenidad y plena consciencia. De la formación en Terapia Transpersonal

 

Sustituir la voz crítica por la voz compasiva

Para realizar esta práctica, mejor encuentra un lugar donde no vayas a ser interrumpida/o y así vivenciarla plenamente.

Además de proporcionar contenidos y herramientas prácticas de calidad, los procesos formativos de la EDTe, promueven un grado de transformación personal, de mejora y de integración de quienes los realizan.

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