De un tiempo a esta parte, las ciencias que se ocupan del estudio del ser humano han venido observando que muchas personas, teniendo en sus vidas todo aquello que socialmente consideramos fuente de satisfacción (trabajo, dinero, pareja, hijos, tiempo libre, buena salud etc…) experimentan niveles muy bajos de bienestar y plenitud.
Por el contrario, otras personas que viven situaciones difíciles, que no gozan de buena salud, y disponen de recursos económicos muy limitados, sienten altos niveles de satisfacción en sus vidas.
¿Cómo es esto posible? ¿Depende de las características de nuestra personalidad que nos sintamos más o menos satisfechos con la vida que “nos toca” vivir?
Sorprendentemente, las investigaciones psicológicas realizadas en torno a este fenómeno han concluido que, en realidad, el nivel de satisfacción con la propia vida no depende tanto ni de las circunstancias que vivimos, ni de la personalidad o el carácter. Existe un factor más determinante en nuestra sensación de bienestar que muchas veces se nos olvida: La Gratitud.
Está demostrado que ser agradecidos tiene muchas ventajas, la más importante de todas es que: La gente agradecida es más feliz.
La Ciencia nos dice
Los estudios realizados por Robert A. Emmons y su colega Michael McCullough han concluido que la práctica de la gratitud es uno de los métodos más fiables para aumentar la felicidad y la satisfacción con la vida, así como para aumentar los niveles de optimismo, alegría, entusiasmo, y otras emociones expansivas.
También se demuestra que la gratitud fortalece el sistema inmunológico, disminuye la presión arterial, reduce los síntomas de las enfermedades, y nos hace menos susceptibles al dolor y otras molestias.
Otros estudios señalan que la gente agradecida experimenta una mayor sensación de sentido en sus vidas y autoaceptación. Además, los agradecidos poseen un abanico más amplio de posibilidades para enfrentarse a los retos del día a día, interpretando las situaciones difíciles como oportunidades de crecimiento.
Incluso, se ha demostrado que los agradecidos duermen mejor, ya que experimentan menos pensamientos negativos justo antes de irse a la cama.
Ni el dinero, ni lo que sucede, ni un cuerpo a la moda, ni la relación soñada, ni experimentar menos emociones contractivas, ni ser más jóvenes, nos va a hacer sentirnos más satisfechos con nuestras vidas. La clave para sentirnos bien con nuestra vida no es tener “más” o conseguir “eso” que en teoría nos falta, la clave es saber apreciar lo que “Aquí y Ahora” ya tenemos.
El fruto de nuestra educación y peculiar programación
Sabemos que la llamada realidad, y cómo nosotros la interpretamos, son dos cosas muy distintas. Lo que sucede no es lo que nosotros percibimos, ya que todas las experiencias de nuestra vida las vemos a través de unas particulares “gafas” que interpretan la realidad a “su modo de ver”.
En primer lugar, reconozcamos que todos nosotros llevamos esas “gafas de ver la realidad”, y después, asumamos que, por lo general, estas gafas funcionan de un modo un tanto limitado.
¿Te has dado cuenta de que las gafas que la mayor parte del tiempo llevamos puestas pasan por alto los aspectos gratificantes y gozosos de nuestra vida?
Estas gafas que fruto de nuestra educación y peculiar programación nos hemos colocado, parecen ver solamente la estrecha parcela de nuestras vidas en la que se hayan los llamados inconvenientes o dificultades.
Seamos honestos: ¿Acaso no tendemos a desestimar todo aquello podemos apreciar en nuestras vidas? ¿No tenemos una extraña facilidad para poner nuestra atención en aquello que nos resulta inconveniente?
Esta tendencia se refleja incluso en los medios de comunicación, que inciden constantemente en tragedias, problemas y catástrofes, obviando casi por completo los bellos aspectos de la vida que podemos apreciar.
El que tiene en la frente un martillo no ve más que clavos
Proverbio Sufí
Es la estrecha visión que nos ofrecen nuestras gafas de ver el mundo la que nos impide reconocer todo aquello por lo que podemos estar agradecidos.
Podemos comenzar a ensanchar nuestra mirada y percibir la realidad al completo, mediante unas nuevas gafas capacitadas para percibir no solo aquello que nos falta, sino también lo mucho que la vida nos ofrece. En realidad, es nuestra responsabilidad el enfocar nuestra mirada hacia unos aspectos u otros de nuestras experiencias.
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