Un puente sobre aguas agitadas

 

Si nos fijamos, el flujo de la vida no es más que el ir y venir del equilibrio, entre demanda percibida y recursos disponibles, y la ruptura constante de él. Las idas y vueltas entre ruptura y recomposición constituyen el motor mismo de la vida, el desarrollo y la evolución.

Cuando la demanda supera los recursos disponibles para afrontarla, ya sea realmente o tal y como lo percibimos, surge en nuestro organismo una hiperactivación psicofisiológica para poder hacer frente a una situación de emergencia. En caso de que esta reacción sea puntual y específica, puede ser útil para responder adecuadamente a la situación y adaptarnos a los cambios. Pero cuando la reacción se vuelve crónica, se genera un desequilibrio y malestar a nivel físico, mental y emocional, con altísimos costes para el bienestar general y nuestra calidad de vida, que llega a afectar al rendimiento y nuestras relaciones. Si este tipo de reacción innata se mantiene, se perpetuará el estado de alerta, retroalimentando una rueda perversa que generará más reacción en un camino de caro peaje para nuestra integridad.

La práctica de la atención plena nos permite desarrollar recursos internos para desactivar la reacción automática esencial, al hacer conscientes las reacciones corporales y emocionales ante el acontecimiento o situación desencadenante. Así, entrenamos la mente para estar plenamente atentos en el momento presente, detenernos, hacer una pausa y responder de manera consciente, rompiendo la cadena que conduce a la reacción crónica.

Un determinado grado reactividad en nuestro organismo nos permite alcanzar objetivos, volviendo a la normalidad cuando el estímulo ha cesado. No habrá problemas si esto es episódico, pues tiene capacidad de recuperarse. En caso de repetición con excesiva frecuencia puede suponer la aparición de trastornos psicosomáticos. Por lo tanto, es sumamente importante que aprendamos a relacionarnos con nuestras capacidades de respuesta sin perder la fuerza creativa y motivacional de la reacción “en su justa medida”, además de manejarla en situaciones potencialmente dañinas para nosotros.

 

Si no hallas satisfacción en ti mismo, la buscas en vano en otra parte.

François de la Rochefoucauld

 

La práctica del Mindfulness es el puente que podemos tender sobre las aguas agitadas. La situación que vivamos puede ser realmente peligrosa o solo en nuestra percepción. Si mediante la atención plena vamos clarificando nuestra visión, podremos discriminar la amenaza real de la imaginaria, de esta forma reconoceremos mejor los agentes desencadenantes reales y los que lo son solo debido a nuestra percepción errónea.

Este camino además nos lleva a responder conscientemente en vez de reaccionar de forma automática. Esto facilita que identifiquemos a tiempo el estreno de la cadena de automatismos inconscientes tanto corporales como mentales: siempre es más fácil intervenir en los inicios que cuando el proceso está más avanzado. Si podemos observar los hábitos de nuestra mente podremos identificar y modificar aquellos potencialmente generadores: la interpretación, el juicio, la resistencia, los apegos, la identificación… Y trabajar en la construcción de modelos más saludables de pensamiento, desechando los filtros mentales innecesarios, y haciéndonos amigos de todo el abanico de nuestras emociones a través de una atención no reactiva, accediendo así a un mayor nivel de calma y estabilidad.

Habitar conscientemente nuestro cuerpo nos enseña a detectar precozmente los signos de tensión que en él se instalan, antes incluso de ser conscientes de la razón o el origen de ellos. Incidiendo corporalmente sobre la manifestación de estas contracciones, desactivamos la carga negativa de nuestras emociones y pensamientos antes de que se transformen en generadores de “peligro” para nosotros. Al descubrir la unicidad cuerpo-mente, vamos desarrollando hábitos saludables en diferentes áreas de nuestra vida, lo que se convierte en un importante factor de protección. Incluimos una sana relación con el cuerpo (alimentación, ejercicio, descanso, reconocimiento de síntomas…) y la consciencia de nuestra personal forma de habitarlo.

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Consultor en Mindfulness Transpersonal